Ecografía musculoesquelética en Fisioterapia: para qué sirve

La ecografía musculoesquelética es una técnica cada vez más importante en la práctica clínica de los fisioterapeutas. En este post te contamos lo que aporta la imagen ecográfica en la evaluación, el diagnóstico la planificación y el tratamiento en fisioterapia. 

Entre las competencias de los fisioterapeutas está la recuperación de la disfunción del movimiento del sistema neuromusculoesquelético, a partir de un diagnóstico específico que a través del razonamiento clínico deriva en la planificación y ejecución de un programa de tratamiento. 

La ecografía musculoesquelética facilita la toma de decisiones del fisioterapeuta durante todo ese proceso, que incluye la evaluación, el diagnóstico de fisioterapia, el pronóstico y planificación, la intervención terapéutica y la reevaluación. 

A continuación, describimos para qué sirve la ecografía musculoesquelética en cada uno de los momentos del proceso.

Ecografía en la evaluación del paciente

La ecografía musculoesquelética ofrece al fisioterapeuta la posibilidad de visualizar de forma directa la estructura y la función del músculo, el tendón, el ligamento y el nervio, a través de pruebas estáticas y dinámicas. 

Las exploraciones estáticas de la estructura permiten evaluar el tamaño y la forma, tanto de tejidos sanos como patológicos. Por su parte, las exploraciones dinámicas permiten evaluar durante el ejercicio la funcionalidad del músculo y del resto del tejido blando vinculado, en diferentes tareas funcionales, como la flexibilidad; la actividad muscular; la función del tendón y la estabilidad articular, entre otras.

En ningún caso la ecografía actúa como un reemplazo del tradicional examen físico. Al contrario: la ecografía es un complemento del examen físico, que permite mejorar el proceso de evaluación y diagnóstico de fisioterapia al aportar datos objetivos y fiables.

La ecografía en el diagnóstico en fisioterapia

El diagnóstico en fisioterapia es el resultado de un proceso de razonamiento clínico que tiene múltiples objetivos: por un lado, identificar las deficiencias y limitaciones en la actividad (existentes o potenciales) que tiene un individuo y realizar un análisis de la funcionalidad; a partir de ese análisis, establecer un pronóstico y definir las estrategias terapéuticas más adecuadas para el paciente.

Tradicionalmente, las pruebas clínicas manuales han sido la herramienta principal del fisioterapeuta para evaluar la función y la estructura del paciente en el proceso de diagnóstico. En la actualidad, la ecografía musculoesquelética se presenta como una herramienta complementaria para aumentar la precisión del diagnóstico, al mismo tiempo que es un recurso de gran utilidad para que el paciente pueda visualizar el problema que padece a la hora de informarle.

La ecografía en la planificación del tratamiento en fisioterapia

Una vez que disponemos de un diagnóstico, el siguiente paso es planificar el proceso de atención en fisioterapia, definiendo metas y resultados esperados con el paciente. 

En este punto, la ecografía musculoesquelética puede facilitar la toma de decisiones al momento de elegir la estrategia terapéutica a seguir. En primer lugar, porque puede aportar información sobre las características del tejido y su condición inflamatoria o degenerativa, un aspecto muy importante para definir el tipo de tratamiento a realizar y el número de sesiones. No menos relevante es la posibilidad de derivar al paciente a otro profesional sanitario ante la presencia de una “red flag” o bandera roja; por ejemplo, la sospecha clínica de un problema vascular en un paciente que acude a la consulta refiriendo una lesión muscular en el miembro inferior. 

La ecografía musculoesquelética en los tratamientos

En la fase de intervención terapéutica, la ecografía permite ofrecer al paciente un feedback inmediato a la hora de realizar diferentes estrategias activas; por ejemplo, en los casos de los ejercicios utilizados para mejorar el control motor de los músculos.

Además, la ecografía musculoesquelética es un recurso indispensable a la hora de aplicar técnicas de fisioterapia invasiva, como la electrolisis percutánea musculoesquelética, la neuromodulación percutánea o la punción seca. La utilización del ecógrafo en la aplicación de estas terapias permite al fisioterapeuta tratar de forma precisa, efectiva y segura, el tejido musculoesquelético afectado, obteniendo mejores resultados.

La ecografía en la reevaluación

Finalmente, la ecografía también ofrece al fisioterapeuta información relevante para reevaluar al paciente, con el objetivo de valorar posibles cambios en la estructura y relacionarlos con la mejora de su condición clínica

En esta fase del proceso, la imagen ecográfica puede ayudar al profesional y al paciente a tomar decisiones sobre la necesidad de replantear el tratamiento si no se están alcanzando los resultados esperados; a cuantificar la efectividad de una técnica de fisioterapia por los resultados conseguidos; e incluso a dar el alta si las características del tejido han mejorado suficientemente y ya no se observa lesión.

Fuente:Ecografía musculoesquelética en fisioterapia”. F. Minaya Muñoz, F. Valera Garrido y A. Benito Domingo. En F. Valera Garrido y F. Minaya Muñoz (2017): Fisioterapia Invasiva (2ª edición). Elsevier, Madrid.